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  • La lamparita quitamiedos de la esquina (lamparita, o la proyección de un planetario entero en el techo si hace falta, ojo). Nada de pasar el finde en casa de los abuelos o de los tíos, aunque estén los primos. Pesadillas o historietas dignas de Netflix. Muñecos, personajes o dibujos animados vetados hasta nueva orden.

Si te suena alguno de estos escenarios, es porque tienes a un infante muy cerquita, que probablemente se muestra saludable, feliz, simpático… y que, sin embargo, muta en un niño lleno de miedo ante situaciones de lo más variadas. Esos temores, que a veces puede costarnos entender como adultos, son los que se conocen como “miedos normativos”.

¿Y qué significa “miedo normativo”? Pues son experiencias de angustia o temor habituales y normales a lo largo de la infancia y de la adolescencia. No es un #miedo patológico, porque los miedos normativos van de la mano del proceso normal del desarrollo. Precisamente porque su cerebro evoluciona, este va adquiriendo la capacidad de abarcar conceptos, ideas, procesos… con mayor profundidad. Y es en el salto de dominar un proceso cognitivo y pasar al siguiente donde se cuelan esos miedos: dado que el niño tiene que ir dando sentido al mundo, la información que aún no puede comprender la maneja con atribuciones y significados propios de su edad. 

De ahí la maravillosa capacidad de imaginar, que completa esos “huecos” de información, y de ahí también estos miedos. Porque es normal temer lo que no se concibe como abarcable, y es saludable querer protegerse de lo que un #cerebro en desarrollo entiende como amenaza.

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #miedos #miedoinfantil
  • #psicología #psicólogosretiro #saludmental #emociones
  • El 14 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Endometriosis, siendo marzo, además, el mes dedicado a crear concienciación sobre esta enfermedad que afecta a una cifra nada desdeñable de mujeres en edad reproductiva.

La endometriosis es un trastorno de salud generado por la migración de tejido endometrial fuera del útero, estableciéndose como placas endometriales. Los problemas derivados de esta alteración pueden llegar a ser muy graves, puesto que las placas crecen y sangran de forma similar a como lo hace el tejido intrauterino, generando dolor, respuestas inflamatorias e interfiriendo con otros órganos cercanos. Actualmente, la OMS estima que un 10% de las mujeres padecen de endometriosis.

Por tanto, se considera que el abordaje de la endometriosis ha de ser interdisciplinar, incluyendo la asistencia psicológica. En primer lugar, porque el síntoma más identificativo de la endometriosis es el dolor intenso: debido a la respuesta inflamatoria que estimulan las placas endometriales, el dolor puede llegar a convertirse en una constante en la vida de la mujer (lo que se conoce como Dolor Pélvico Crónico), lo que genera importantes limitaciones y, consecuentemente, la afectación al estado de ánimo y los niveles de estrés. Y, en segundo lugar, porque la endometriosis es causa de infertilidad en el 30% de las mujeres, llegando a ser una enfermedad tan invasiva que su tratamiento implica cirugía mayor en una o más ocasiones. Esto supone, en muchas ocasiones, la retirada parcial o incluso total de órganos afectados.

Así pues, en el día de hoy nos unimos 💕 en la VISIBILIZACIÓN de un trastorno bien conocido por las mujeres, y cuyo margen de mejora en cuanto al diagnóstico y el tratamiento sigue siendo amplio. 

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #endometriosis #endometriosismarzo
  • Hoy, 29 de febrero, nos queremos unir a la visibilización de las denominadas Enfermedades Raras. Las Enfermedades Raras son aquellas que aparecen con una frecuencia muy escasa en la población; concretamente, con una prevalencia de 5 o menos individuos por cada 10.000 personas. Es decir: una prevalencia de un 0,0005%.

Si bien el concepto “enfermedad rara” nos suene, principalmente, a alteraciones genéticas o cromosómicas, en realidad incluye a ciertos tipos de cánceres, a enfermedades infecciosas o por intoxicación poco comunes, trastornos del sistema inmune y enfermedades idiopáticas o de origen indeterminado.

Esta baja prevalencia supone, en general, un incremento muy considerable en la dificultad tanto para acceder a un diagnóstico como a tratamientos específicos; en España, por ejemplo, se tarda de media 6 años en llegar a conseguir una valoración acertada. Junto con las particularidades y complicaciones asociadas a este perfil de enfermedades o síndromes, los pacientes y familias afectados por una enfermedad rara se convierten en una población especialmente vulnerable a los efectos del estrés mantenido, la incertidumbre o de la responsabilidad en los cuidados, entre otros. Se trata de personas a las que es primordial atender de forma integral. No sólo porque muchas de estas enfermedades necesitan asistencia directa desde áreas como psicología de la salud, neuropsicología, pedagogía o logopedia; también porque la enfermedad rara suele ser un camino a largo plazo, lleno de retos, necesidades, gestiones, cambios y readaptaciones.

Por eso, hoy nos acordamos de los pacientes, familiares y amigos que conviven con una Enfermedad Rara; por su resiliencia ejemplar, pero también por toda la red de apoyo y cuidados que merecen.

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #enfermedadesraras
  • 🛑 Parémonos un segundo: del 0 al 10, ¿cuánto te sienta de mal que otros se den cuenta de lo que estás sintiendo? Por ejemplo, de que estás mosqueado, preocupado, asustado o triste. Y, sobre todo: del 0 al 10, ¿cómo puntuarías tu esfuerzo para que no se noten esas emociones que no quieres que otros vean? 🤔

Las emociones van acompañadas, necesariamente, de diferentes manifestaciones en nuestro cuerpo. Algunas más evidentes, como que se empañen nuestros ojos de lágrimas, y otras no tanto, como que nos aumente el latido del corazón. En cualquier caso, no es para nada infrecuente encontrar que, en mayor o menor medida, hacemos intentos para refrenar eso que sentimos. Metafóricamente, construimos una presa. Una presa con la que pretendemos impedir que esa emoción fluya: que llegue a afectarnos, ya sea por los demás o por nosotros mismos. A ese “hacer presa” es lo que llamamos supresión emocional.

❓La cuestión es: ¿cuál es el principal problema de una presa? No puede contener el agua eternamente, ¿no? Pues de forma similar actúa la estrategia de supresión emocional: al contrario de lo que pretendemos, la supresión acaba por aumentar la intensidad de nuestras emociones (recuerda: son información relevante; tu cerebro no dejará de presentártelas). Lo que era una riada temporal, acaba por convertirse en una presa desbordada. No pasa nada; no dura para siempre. Pero coincidirás con nosotros en que es más sencillo manejar un aumento del agua del río que una presa que abre sus compuertas, ¿no?

Pero siempre hay una buena noticia: a manejar los altos y bajos de las emociones también se aprende. Así, llegará un día en que poder prescindir de la presa.

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #emociones #regulacionemocional
  • 🎥 Nuevo Reel 🎥

@mariayague_psic nos comenta la segunda parte del vídeo: “pautas que podemos poner en marcha para prevenir la ansiedad y el estrés”. 🧡

#psicología #psicologosretiro #saludmental #ansiedad #estrés #bienestar
  • De todas las funciones, digamos, que puede ejecutar nuestro cerebro, una (o varias que convergen en una) es la de tratar de explicarnos a nosotros mismos, en todo momento, qué está pasando y por qué. La realidad es un intrincado mapa de metro que el cerebro ha de leer para saber llegar del punto A al punto B; para ello, se apoya en la información almacenada en nuestra memoria y chequea lo que va sucediendo para asegurarse de que todo va según lo planeado… o no. Y en todo ese jaleo armónico que son los procesos psicológicos, es donde entran también las atribuciones y los estilos atribucionales.

Según si hemos llegado al punto B o no, y cómo lo hayamos logrado, nuestro cerebro encajará las piezas del proceso tratando de crear una información, con sentido, que poder almacenar y recuperar en futuras ocasiones. 

Desde muy pronto, nuestro cerebro va aprendiendo a establecer relaciones causales y qué o quiénes intervienen en los resultados. Por eso, cuando ocurre algo importante en nuestra vida cotidiana, nos podremos dar cuenta de que, rápidamente, estamos tratando de darle una explicación a lo ocurrido y de posicionarnos nosotros en ese suceso.

Las personas tenemos estilos atribucionales: es decir, desarrollamos ciertos hábitos a la hora de explicar por qué ha pasado algo y qué variables incluir en esa explicación. Y no es infrecuente que, cuando hay problemas emocionales, esas atribuciones suelan estar bastante sesgadas. Concretamente, se constata una tendencia a relacionar (si es que hay relación) los eventos negativos con aspectos negativos de uno mismo (“porque yo soy, porque yo no soy, porque hice, porque dejé de hacer…”), mientras que minimizamos nuestra relación con eventos positivos, o ponemos como causa otras variables (“tuve suerte, fue casualidad, si no me hubiese ayudado fulanito…”). Y claro: ser receptor y protagonista de casi todo lo malo que pasa en la vida cotidiana no sienta muy bien a la autoestima. Acaba por afectar a nuestra sensación de control sobre ciertas situaciones, a nuestras emociones a la hora de afrontarlas y a cómo decidimos hacerlo.

Y tú, ¿de qué tiendes a sentirte más parte? 😉

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