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  • ¿Te suena el término “asertividad”? ¿Qué crees que significa? ¿Qué es para ti ser asertivo?

No es infrecuente encontrar que este término es nuevo para muchas personas a la hora de abordarlo en consulta. Alguna vez igual lo has escuchado, pero quizás no sabes bien dónde. Sin embargo, no cabe duda de que todos tenemos bien claro lo que significan “pasivo” y “agresivo”, ¿verdad?

La asertividad es fiel a sus raíces latinas, el término “asserere”, que aparece allá por la edad media y significaba, prácticamente como ahora, la idea de defender, aseverar o asegurar algo. Denominamos “asertividad” a un estilo de comunicación basado en la equidad y en los límites; en la creencia de que uno es tan válido como persona como válidos son los demás.

Aunque sea un concepto que aparece asociado a la comunicación, es importante resaltar de nuevo su relevancia como estilo de comportamiento; es decir: como una forma de estar en el mundo y de relacionarnos con otros. ¿Por qué? Porque si nos quedásemos sólo con el aspecto comunicativo, es relativamente fácil llegar a aprender una serie de modismos asociados a la asertividad, que no resulten ni agresivos (“¡déjame en paz!”) ni pasivos (“disculpa la molestia de antemano,  no quiero incomodarte”). Pero la realidad, una vez más, tiene mayor profundidad. Trabajar en nuestra asertividad pasa, necesariamente, por identificar y reestructurar las creencias que nos hacen tender a la pasividad o a la agresividad; implica reconocer situaciones en que nos cuesta especialmente ser asertivos, e incluye un buen trabajo en nuestra regulación emocional.

Así pues, ¿te animas a trabajar en tu asertividad? 😉

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #asertividad
  • ¿Alguna vez te ha surgido esta pregunta respecto a la crianza de tus hijos? Se habla con frecuencia de normas y límites en la educación de niños y adolescentes. Y, sin embargo, siguen existiendo dudas al respecto, con la consiguiente inseguridad a la hora de educar.

Poner límites es, metafóricamente, construir una casa 🏠 Sabemos que un espacio es refugio cuando tiene paredes y techo, que nos resguardan y nos aportan sensación de seguridad y predictibilidad. Predictibilidad, entre otras cosas, porque en una casa hay tabiques que delimitan los espacios (salón, cocina, habitación, baño…) y, por lo tanto, para qué actividades se usan sistemáticamente. Así, las normas que implementemos en nuestro hogar son las que definirán esos límites, esos espacios, y cómo está permitido utilizarlos. Por ejemplo, al definir una hora para la ducha, otra para la cena y otra para acostarse, estaremos también definiendo un orden, cómo seguirlo y cuándo ya no es momento de hacer una actividad (porque corresponde otra).

No obstante, normas y límites han de tener un sentido para la familia, una coherencia, y un grado de flexibilidad adecuado según la situación. Por ejemplo, resulta incoherente solicitar que se mantenga un orden en su habitación si no hay orden en otros ámbitos de la casa. De la misma forma, es importante que las normas que usemos estén adaptadas a la edad y capacidad de los hijos: no se puede solicitar que hagan algo que no se ha enseñado previamente.

Por ello, será útil asegurarnos de que los hijos (y nosotros mismos) entendemos para que sirven las normas y límites que ponemos, al igual que ser conscientes de las expectativas que nos marcamos como padres y que tenemos respecto a nuestros hijos.

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #ponerlímites #normas #educación
  • ¿Qué significa para ti estar motivado? ¿Te has preguntado alguna vez qué es la motivación? Una emoción, un sentimiento… ¿o algo más que eso? Y, sobre todo: ¿cuántas veces te has quedado esperando a tener motivación para hacer algo? 😉

Popularmente, tendemos a identificar la motivación con una emoción más. Hablamos de sentirnos motivados. En otras ocasiones, nos referimos a la misma como un estado: estar motivado. Y sí: algo de experiencia emocional tiene. 

Pero, por encima de todo, la motivación es una función cognitiva más de nuestro cerebro.
Que sea una función cognitiva implica que es un proceso que se compone de varios elementos y que, como proceso, se retroalimenta con otras funciones cerebrales como pueden ser la percepción, la atención, la memoria y la propia emoción. ¿En qué se traduce esto? Pues, por ejemplo, en que es necesario que veas la moneda de 1€ en el suelo, te fijes en ella, tu cerebro sepa que es una moneda y que es de 1€, valore que 1€ más en la cartera nunca viene mal para que, finalmente, te agaches a recogerla y procedas a guardarla. En un comportamiento tan sencillo como coger una moneda han participado multitud de procesos y subprocesos. Y el que termina por impulsar que la recojas (o, por el contrario, que sigas caminando) es la motivación.

Así, la motivación es la función cerebral que se encuentra detrás de nuestro comportamiento. Es la capacidad de dirigir lo que hacemos o no y de qué forma. Y guarda una estrecha relación con la emoción, claro. Porque las emociones son unas potentes estimuladoras de la conducta.
¿Y qué sucede cuando estamos “desmotivados”? 

Tendemos al “reposo”, tendemos a no hacer… y a esperar a que la motivación vuelva. Cuando, en realidad, y por lo que se puede ver en el ejemplo, una parte importante de la motivación es la presencia de estímulos que la muevan, que la muevan mediante la emoción, además, normalmente. Por eso, cuando hablemos de “motivarnos”, tu psicólogo te recomendará que no esperes. Que, por el contrario, ocurre como con la “inspiración”: para rescatar la motivación, nos tiene que pillar “trabajando” 😊.

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #motivación #emoción
  • Es inevitable. La lengua es una entidad en constante modificación y crecimiento, alimentada por la influencia de otras lenguas, por jergas y acentos de distintos grupos sociales, por modas, el uso de redes sociales y, afortunadamente, por el mayor acceso a la lectura y la educación. Así que el uso de etiquetas diagnósticas u otros tecnicismos, como “neurodivergente”, en el lenguaje coloquial era esperable; más aún, entre la gente joven.

¿Supone esto un problema? Las opiniones son diversas. Por un lado, es indudable que no es posible (ni sano) refrenar el uso de las palabras, incluso aunque se les dé un nuevo significado. No obstante, sí que llama a la reflexión la incorporación de estos términos en expresiones cotidianas, y el efecto que parece que surte en la población.

En primer lugar, cabe preguntarse si el uso habitual de términos asociados a la salud mental, en concreto, responde a alguna necesidad social. En un momento donde la experiencia interna del individuo cobra un papel protagonista en distintos foros, surge la hipótesis de la necesidad de las personas de encontrar (y, tal vez, no hallar) términos y conceptos que expresen con mayor exactitud aquello que les ocurre. Esto lleva a un segundo punto: ¿es el uso de tecnicismos contextualizados en entornos especializados, como la investigación o la práctica clínica, una buena alternativa? Quizás estos sustituyan a designaciones ya existentes, y ricas en significado, que no se conocen o no se aprenden. Por ejemplo, el uso del anglicismo “cringe”  en lugar de los términos “asco, grima, repelús, rechazo…”. Y, por otro lado, hay personas a las que le preocupa que ese uso descontextualizado de términos clínicos conlleve la “pseudo patologización” de vivencias normales y, con ello, una comprensión desacertada de lo que describe la etiqueta. Literalmente, es imposible que algo “nos dé TOC”.

Y tú, ¿qué piensas? 😊

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #emociones
  • De todos los problemas de salud mental que el ciudadano medio conoce, el trastorno bipolar es, probablemente, uno de los que encuentre más difícil de ubicar y describir. A menudo confundido, a nivel popular, con la esquizofrenia u otros trastornos psicóticos, el trastorno bipolar se ha concebido en realidad, hasta hace unos años, como un trastorno del estado de ánimo con un curso, origen y síntomas idiosincráticos.

Con una prevalencia mundial estimada en 40 millones de pacientes, el trastorno bipolar se caracteriza por la alternancia de períodos diagnosticables de depresión con episodios conocidos como manía o hipomanía (según la intensidad de los síntomas en dichos episodios). Esta alternancia se encuentra, a menudo, espaciada en el tiempo, con épocas en que el estado de ánimo de la persona es estable. En los episodios depresivos, la sintomatología es la misma que la de la depresión mayor. 

Por otro lado, los episodios de manía se caracterizan por cambios en el estado de ánimo que implican una autoconfianza exageradamente positiva e irracional, pudiendo rozar el sentimiento de grandeza, emociones como euforia o irritabilidad no acordes con la situación, dificultad para concentrarse debido a la velocidad de los pensamientos, verborrea, disminución notable de la necesidad de dormir o alimentarse y un comportamiento impulsivo que, en ocasiones, puede llegar a ser involuntariamente temerario.

Si bien el trastorno bipolar es un trastorno clasificado como grave y de curso crónico, los pacientes afectados tienen margen de mejora, pudiendo llevar una vida funcional. Como en cualquier trastorno mental, son múltiples los factores a tener en cuenta de cara a un pronóstico. Y, como en cualquier trastorno mental, la existencia de un apoyo social adecuado, de una red de recursos apropiada y de una buena conciencia poblacional en torno a la enfermedad serán determinantes para un mejor pronóstico.

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #trastornobipolar
  • ¿Nunca se te ha escapado una sonrisa después de escuchar la carcajada de un bebé o tras la mirada y sonrisa de una persona que te cruzas caminando por la calle? 😄

Probablemente sí, ya que la #sonrisa es una expresión facial que caracteriza a los seres humanos y que se contagia con mucha facilidad. Además, aporta asombrosos beneficios sociales ya que es capaz de generar confianza y atracción, de transmitir alegría y sentido del humor y de favorecer la comunicación interpersonal.

La sonrisa transmite a los demás que estamos disponibles y accesibles. Imagínate a ese camarero que te recibe con una amable sonrisa o a la dependienta que te atiende con una expresión facial en la que la sonrisa es la protagonista. De alguna manera estas personas se están mostrando disponibles y accesibles para nosotros, incluso antes de haber expresado la primera palabra.

La sonrisa no solo aporta beneficios a nivel social, si no que, también nos beneficia a nivel individual. Según los resultados de diversos estudios, cuando sonreímos y reímos, se liberan en nuestro organismo una serie de hormonas asociadas a la reducción del dolor, a la inmunidad, a la regulación del sueño y a los niveles de bienestar. También se reducen aquellas relacionadas con el estrés como el cortisol.
 
Ya que el poder de una sonrisa es algo fascinante, ¿por qué no la utilizamos como una herramienta más? 

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #sonrisa #afectopositivo
  • La lamparita quitamiedos de la esquina (lamparita, o la proyección de un planetario entero en el techo si hace falta, ojo). Nada de pasar el finde en casa de los abuelos o de los tíos, aunque estén los primos. Pesadillas o historietas dignas de Netflix. Muñecos, personajes o dibujos animados vetados hasta nueva orden.

Si te suena alguno de estos escenarios, es porque tienes a un infante muy cerquita, que probablemente se muestra saludable, feliz, simpático… y que, sin embargo, muta en un niño lleno de miedo ante situaciones de lo más variadas. Esos temores, que a veces puede costarnos entender como adultos, son los que se conocen como “miedos normativos”.

¿Y qué significa “miedo normativo”? Pues son experiencias de angustia o temor habituales y normales a lo largo de la infancia y de la adolescencia. No es un #miedo patológico, porque los miedos normativos van de la mano del proceso normal del desarrollo. Precisamente porque su cerebro evoluciona, este va adquiriendo la capacidad de abarcar conceptos, ideas, procesos… con mayor profundidad. Y es en el salto de dominar un proceso cognitivo y pasar al siguiente donde se cuelan esos miedos: dado que el niño tiene que ir dando sentido al mundo, la información que aún no puede comprender la maneja con atribuciones y significados propios de su edad. 

De ahí la maravillosa capacidad de imaginar, que completa esos “huecos” de información, y de ahí también estos miedos. Porque es normal temer lo que no se concibe como abarcable, y es saludable querer protegerse de lo que un #cerebro en desarrollo entiende como amenaza.

#psicología #psicólogosretiro #saludmental #miedos #miedoinfantil