Rubén Sanz-Blasco y Juan José Miguel Tobal
El trastorno de pánico (TP), con y sin agorafobia, es consecuencia de atender selectivamente e interpretar de un modo distorsionado sensaciones fisiológicas benignas. En el presente artículo presentamos el estudio de un caso clínico de un varón de 32 años con diagnóstico de TP partiendo de una aproximación cognitivo-conductual, basándonos en el Tratamiento del Control del Pánico de Barlow (2002) y la Terapia Cognitiva para el TP (Clark et al., 1999). Los resultados pre y postramiento así como la generalización de los objetivos terapéuticos planteados muestran la eficiencia y eficacia del mismo.
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